Es invierno, es hora de viajar.
Alejarse del mundanal ruido, tomarse un respiro y regalarse tiempo de calidad lejos de la rutina.
¡Alla vamos!
¿Adónde? Pues, en esta estación, a la montaña —incluso una pequeña escapada de pocos días—, para regresar a un ritmo más auténtico y redescubrir una sensación de maravilla, rodeados por el resplandor de la temporada más mágica del año.
Aquí estamos, cerquísima de las cumbres que se perfilan al horizonte como gigantes silenciosos, inmersos en un manto blanco que refulge a la luz del Sol poniente. Cada respiro es una bocanada de aire fresco que llena el pecho, cargada de olor a pino y a la leña que arde en las chimeneas.
El mundo parece desacelerar, pero al mismo tiempo cobra plenitud bajo ese cielo de color cobalto donde aparecen las primeras estrellas, pequeños cristales en el terciopelo sedoso de la noche.
Esta misma magia cálida nos acoge en el interior de los hogares, los refugios y los hoteles. El abrazo confortante de los materiales naturales, simples y genuinos, con su maravillosa esencia táctil: la madera, la piedra, el mármol, el metal…
Los mismos materiales en los que se inspira Laminam para sus grandes tablas.
Legno Venezia, por ejemplo, la colección inspirada en los briccole, los típicos postes de madera que caracterizan el paisaje de la laguna de Venecia. Una presencia asociada —obviamente— con el mar, pero que en realidad es posible gracias a la madera de los bosques, de los robles que se extienden tierra adentro y que cubren las cumbres de verde.
O bien la colección Ossido, que reproduce el proceso de oxidación de las placas de metal para inmortalizar el momento de máximo esplendor cromático. Un milagro de luces y efectos tornasolados inesperados, el tiempo cristalizado en el punto donde su curso ha sabido dar lo mejor de sí.
Tampoco puede faltar I Naturali, la colección de Laminam que mejor representa un auténtico viaje por las grandes piedras de la tradición arquitectónica italiana: la solidez del mármol de Carrara, la maleabilidad del travertino, la uniformidad cromática de las piedras volcánicas…
Courmaison
Es la colección que embellece los revestimientos de Attico Courmayeur, el proyecto de interiorismo firmado por internilab, que no dudamos en elegir como símbolo de nuestro mood «winter escape».
Un destino de esquí conocido en el mundo entero, una auténtica joya de nieve situada al pie del macizo del Mont Blanc y enclavada en un maravilloso entorno formado por bosques de coníferas, montañas y glaciares.
El interior de Attico Courmayeur reproduce con fidelidad su encanto, gracias a la presencia generalizada de madera natural, utilizada tanto en la boiserie como en la decoración, y a una alternancia acertada entre formas de trazos rectos y minimalistas e influencias arquetípicas en los complementos.
En este ambiente, que se encuentra suspendido entre el pasado y el presente, destaca la presencia de Ardesia Nero Pizarra, la superficie de la colección Laminam I Naturali utilizada para los muebles de la cocina, como la isla y las puertas. Es una opción que crea una armonía profunda con el espacio y dialoga con la presencia generalizada de la madera, pero al mismo tiempo logra imponer su presencia distintiva e impactante, resultando única.
Se trata de una materialidad viva e importante cuya fuerza también radica en la historia de este material, es decir, las tablas de pizarra que los canteros de Liguria obtenían manualmente cortando los bloques. Laminam ha mantenido las peculiaridades de la antigua elaboración artesanal, junto con la compacidad y sedosidad del material y el color negro vibrante, resaltado por los relieves y las pequeñas depresiones que aportan movimiento a la superficie de la tabla.
Es una superficie que sorprende por su extraordinaria intensidad y capacidad de evocación de lugares lejanos, imágenes e historias narradas al abrigo de una chimenea.
En Attico Courmayeur, el diálogo intenso con la madera es un magnífico ejemplo de coexistencia de los materiales, que se valorizan recíprocamente. El contraste solo aparente de los colores —la madera, más cálida y acogedora; Ardesia Nero Pizarra, más refinado y majestuoso— crea aquí una combinación armoniosa y coherente que queda impresa en los ojos y el alma de quienes la observan.
La madera y la cerámica
La madera y la cerámica, cada una con sus características distintivas, se convierten en protagonistas de un diseño de interiores que logra ser desenfadado y acogedor, sin renunciar por ello al encanto de la elegancia.
Crea un aura viva y confortante que parece envolver a las personas que lo habitan con su manto protector.
Las estrellas velan las cumbres lejanas, fuera la nieve sigue cayendo y cubre el paisaje en un blanco y delicado abrazo. No hay prisa por volver a la normalidad: en este pequeño rincón de paraíso montañés, el mundo casi parece haber perdido la noción de tiempo.